Te conocí justo en el momento en que ya estaba completa, y no por eso dejas de ser importante.
Entiéndeme, no preciso de ti para ser yo, yo puedo vivir sin ti, no eres mi media naranja ni mi otra mitad, yo ya existía antes de ti, ya había llorado mil amores y de cicatrices tenía lleno el corazón. No preciso que me levantes el autoestima, no es necesario tenerte a mi lado para poder sonreír y ser feliz… ¿pero sabes por qué? Porque primero tuve que aprender a amarme para no necesitar nada de eso…
Primero tuve que sufrir, caer y volver a levantarme para salir adelante. Tuve que llorar noches enteras, tuve que curar a diario a mi corazón herido y vacío. Tuve que dejar de esperar que alguien viniera a repararme, porque a nadie le importaría más que a mí misma verme bien, verme triunfar.
De a poco me fui valorando, fui aprendiendo a respetarme, me di cuenta de que no necesitaba de otra persona para sentirme feliz o completa, de que yo realmente podía lograr lo que me propusiera, me fui queriendo.
Ocupé mi mente en otras cosas; leí, creé, corrí, trabajé, estudié; salí de fiesta, tomé, lloré y volví a reír en una sola noche. Me encontré a mi misma tantas veces desconsolada que no me quedó otra opción que abrazar mi alma como nadie lo había hecho jamás, y lo logré, me costó dolor pero del dolor aprendí, del sacrificio obtuve grandes recompensas.
Descubrí grandes valores que amé con todas mis fuerzas y me aferré a ellos como mi caballito de guerra, el amor propio, la humildad, la modestia y la empatía levantaron mi frente, me sentí completa, plena y feliz… Y fue en ese momento en el que te conocí, el momento justo en el que podía recibir a alguien en mi corazón, el momento en que mi vida estaba en equilibrio y en paz.
Y no por esto dejas de ser importante, porque ahora soy más feliz aún, todo se multiplica, porque te amo y me amo, y no hay armonía más hermosa que esa. Después de que logras aceptarte a ti misma llega lo que te mereces, no antes, antes llegan aventuras pasajeras que no son dignas de ti ni tú dignas de ellas. Antes aprendes, experimentas y tomas nota. Mientras tanto, creces…y te preparas para ser feliz.
Tuesday, November 21, 2017
Saturday, November 18, 2017
No vendas tu felicidad...¡Regálala!
No vendas tu felicidad...¡Regálala!
No busques fórmulas sencillas, ni baratas para tenerla.
Los ingredientes principales de la felicidad:
Compartir lo que tienes.
Amar sin exigencias.
Perdonar sin cicatrices.
Aceptar sin perfecciones.
Agradecer lo que te dan.
¡Y no rendirte nunca!
Recuerda armonizar todo:
Del panal, un poquito de miel.
Del mar, un poquito de sal.
De la vida, un toque de optimismo.
De la imaginación, sueños.
Del dolor, raíces fuertes.
Y de la fe solidez de roca.
¿Por qué no sabemos cómo llenar nuestra copa?
¿Por qué no damos a la vida todo lo que podemos darle?
Y...
Esperamos, a veces ingenuamente, que la vida nos regale, pero sin pagar el precio.
¿Por qué no somos felices?
No olvidemos que la mejor manera de ser feliz, es:
Ocuparse de que otros lo sean.
Dar sin esperar.
Servir con mucho AMOR y por AMOR.
Demos mucho de nosotros y la felicidad llegará sola.
No busques fórmulas sencillas, ni baratas para tenerla.
Los ingredientes principales de la felicidad:
Compartir lo que tienes.
Amar sin exigencias.
Perdonar sin cicatrices.
Aceptar sin perfecciones.
Agradecer lo que te dan.
¡Y no rendirte nunca!
Recuerda armonizar todo:
Del panal, un poquito de miel.
Del mar, un poquito de sal.
De la vida, un toque de optimismo.
De la imaginación, sueños.
Del dolor, raíces fuertes.
Y de la fe solidez de roca.
¿Por qué no sabemos cómo llenar nuestra copa?
¿Por qué no damos a la vida todo lo que podemos darle?
Y...
Esperamos, a veces ingenuamente, que la vida nos regale, pero sin pagar el precio.
¿Por qué no somos felices?
No olvidemos que la mejor manera de ser feliz, es:
Ocuparse de que otros lo sean.
Dar sin esperar.
Servir con mucho AMOR y por AMOR.
Demos mucho de nosotros y la felicidad llegará sola.
¡Podemos cambiar y ser mejores todavía!
Las mujeres siempre estamos llenas de sueños, ilusiones, pasiones y esperanzas… Pero hay que reconocer que también nos llevamos muchos disgustos, desilusiones y quebrantos del corazón… Ser mujer es emocionante, cada día está llena de nuevas oportunidades, aprendemos de todas nuestras experiencias, crecemos, maduramos y aprendemos a valorarnos más por lo que somos: mujeres valiosas.
Como mujeres, siempre estamos llenas de sueños y emociones… pero también de desilusiones y decepciones. Pese a ello, siempre logramos seguir adelante, aprender de nuestros errores y equivocarnos cada vez menos. Con el tiempo, miramos atrás y vemos que hemos aprendido a amar, que ya no permitimos que las malas experiencias sigan acabando con nuestra vida, hacemos frente a los malos amores sabiendo que no podemos cambiar a las personas, lo cual no nos importa porque lo que sí podemos cambiar es a nosotras mismas, lo cual es incluso mejor.
¡Podemos cambiar y ser mejores todavía!
Claro que sí, como todas las cosas de la vida, cambian los gustos, la manera de ver las cosas, escogemos mejor, nos equivocamos menos, amamos más, lloramos menos, reímos más, soñamos más y también hacemos esos sueños realidades.
Lo que no podemos cambiar, lo dejamos; ya no luchamos contra la corriente, seguimos adelante con todos nuestros aciertos y errores porque sólo así vamos aprendiendo a convivir con todos los cambios que año tras año vemos en nuestras vidas.
-Todo puede cambiar, pero lo nunca cambiará serán nuestros sueños, ilusiones y metas- Y eso es la vida de la mujer, un constante cambio, un año se va con todas sus tristezas y alegrías, pero viene otro para hacerlo como mejor nos parezca, cada año es una enseñanza, cada caída un aprendizaje y cada amor una nueva ilusión.
Nunca dejes al azar tu destino, busca el amor, busca a las personas que de alguna manera ya son parte de tu vida. Sé feliz, completamente feliz, porque a la hora de la verdad es lo único que importa.
Perdona y serás perdonada, eso está escrito y también el perdón te hace libre. Que los demás no lo hagan es algo que no te debe importar, lo valioso está dentro de ti, de tu corazón y allí sólo mandas tú.
¡Vive con mucha emoción: eres mujer, y si te lo propones todo puede cambiar a mejor!
Como mujeres, siempre estamos llenas de sueños y emociones… pero también de desilusiones y decepciones. Pese a ello, siempre logramos seguir adelante, aprender de nuestros errores y equivocarnos cada vez menos. Con el tiempo, miramos atrás y vemos que hemos aprendido a amar, que ya no permitimos que las malas experiencias sigan acabando con nuestra vida, hacemos frente a los malos amores sabiendo que no podemos cambiar a las personas, lo cual no nos importa porque lo que sí podemos cambiar es a nosotras mismas, lo cual es incluso mejor.
¡Podemos cambiar y ser mejores todavía!
Claro que sí, como todas las cosas de la vida, cambian los gustos, la manera de ver las cosas, escogemos mejor, nos equivocamos menos, amamos más, lloramos menos, reímos más, soñamos más y también hacemos esos sueños realidades.
Lo que no podemos cambiar, lo dejamos; ya no luchamos contra la corriente, seguimos adelante con todos nuestros aciertos y errores porque sólo así vamos aprendiendo a convivir con todos los cambios que año tras año vemos en nuestras vidas.
-Todo puede cambiar, pero lo nunca cambiará serán nuestros sueños, ilusiones y metas- Y eso es la vida de la mujer, un constante cambio, un año se va con todas sus tristezas y alegrías, pero viene otro para hacerlo como mejor nos parezca, cada año es una enseñanza, cada caída un aprendizaje y cada amor una nueva ilusión.
Nunca dejes al azar tu destino, busca el amor, busca a las personas que de alguna manera ya son parte de tu vida. Sé feliz, completamente feliz, porque a la hora de la verdad es lo único que importa.
Perdona y serás perdonada, eso está escrito y también el perdón te hace libre. Que los demás no lo hagan es algo que no te debe importar, lo valioso está dentro de ti, de tu corazón y allí sólo mandas tú.
¡Vive con mucha emoción: eres mujer, y si te lo propones todo puede cambiar a mejor!
Espontaneidad...
Espontaneidad… La encuentro en la naturaleza, en un trozo de hoja rasgada…
Lo natural en las personas no es perfección… y sin embargo atrae tanto…
Lo sencillo, lo esbozado sin más, un primer trazo, aunque sea tembloroso, cargado del sentimiento del momento, no se olvidará así sin más… vale más…
La sonrisa forzosa, la timidez… el pudor… la lentitud al andar, son cosas que ya no miro por las calles, en ninguna parte…
Suelo buscar esas cosas que no cambian, que permanecen… la magia de una flor, de un atardecer… esas personas sencillas, que no temen mostrarse…, que no apabullan… y sin embargo están tan presentes…
Por eso que no cambia, por todas esas cosas que siguen allí es que tengo la impresión que hay cosas que jamás se perderán… por más que todo lo demás se mueva, mute, y se transforme…
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